sábado, 3 de mayo de 2014

MANIFIESTO

LIBRES PARA VIVIR, LIBRES PARA EDUCAR 
A propósito del colegio católico Juan Pablo II en Parla

1. Todos los que somos padres coincidimos en que la educación de nuestros hijos es una de las cuestiones que más hondamente nos preocupan en la vida. Por eso es importante poder elegir a qué colegios llevarles, para poder proponerles lo que nos parece decisivo en sus vidas. Pero para elegir hace falta una pluralidad de opciones. De ese modo hay más democracia.

Hasta ahora las posibilidades en Parla han sido reducidas. En el ámbito de la educación primaria y secundaria existen 20 centros de estudios infantiles y primarios y 8 IES gestionados directamente por la Comunidad Madrid, y dos centros concertados. En ellos estudian muchos de nuestros hijos también, los de nuestros amigos y vecinos, e incluso algunos de nosotros somos docentes. Pero también es bueno para Parla que haya un colegio con una identidad cristiana. Durante décadas cientos de padres católicos de Parla han enviado, y siguen enviando, cada año a sus hijos a estudiar a centros de otras poblaciones con no pequeños sacrificios. Negar a priori esta posibilidad no es democrático.

2. Por eso nos alegra mucho que el colegio católico Juan Pablo II, promovido por la Fundación Educatio Servanda, abra sus puertas el próximo mes de septiembre. Con la apertura de este nuevo centro comienza a cubrirse una necesidad largo tiempo demandada por muchos. Las primeras matrículas y numerosas peticiones de información del colegio Juan Pablo II así lo demuestran.

El colegio es un centro de iniciativa social promovido a través de una Fundación –que a diferencia de una empresa no tiene objetivo de lucro-. Su puesta en marcha es responsabilidad de sus promotores. Ni el suelo ni la edificación van a generar gasto público adicional. La Administración –tal y como establece el sistema de conciertos vigente- aportará el salario de los docentes. No hay en esto trato de favor. Simplemente se cumple con lo previsto en una ley en la que se contemplan dos modelos de gestión de los centros públicos: gestión por la propia administración y gestión de la iniciativa social. Además estos padres, como todos, pagan la educación pública de la cual no hacen disfrute y no tienen compensación en forma de cheque escolar para su libre elección de centro. Con la apertura de este centro se amplían las plazas educativas en Parla y la consiguiente posibilidad de elección de algo que es de competencia exclusiva de los padres: el modelo educativo para sus hijos.

3. A las administraciones públicas implicadas les solicitamos que promuevan y no sofoquen una iniciativa como esta, que nace de la sociedad civil y que promueve el pluralismo. La Comunidad de Madrid ya ha otorgado el concierto. Ahora es necesario que el Ayuntamiento de Parla no obstaculice el proceso de licencias y permisos que hagan posible la construcción del centro en el menor tiempo posible y que no impida su difusión y publicidad. 

4. Aplaudimos, por tanto, la iniciativa de los promotores de este colegio, al igual que si surgiera de otros colectivos, porque creemos que están haciendo un servicio a la libertad en nuestra ciudad buscando el bien común. Sin libertad de educación no hay verdadera libertad de convivencia. Libres para vivir, libres para educar.
3 de mayo de 2014

10 comentarios:

  1. Es extraño:no se dice que el centro costará dinero a sus alumnos,con lo cual muchos ciudadanos no podrán acceder a ese centro. Si en teoría,no en la práctica
    El argumento de que al ser concertado el estado paga a los profesores por ley es válido:lo que habrá,pues,es que luchar para que ese despropósito deje de ocurrir. Educación pública y gratuita para todos y quien desee otra cosa que la pague en su totalidad. Sabían que en un país tan civilizado como noruega está simplemente prohibida la educación privada como generadora de desigualdad?

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    1. No entiendo tanta oposición a lo concertado... cuando el hecho es que los dos concertados de Parla están LLENOS, porque los padres prefieren este tipo de ecucación para sus hijos, por múltiples razones. La Comunidad de Madrid paga a los profesores reconociendo el servicio al bien común que hace un colegio concertado; a saber; que los padres puedan llevar a sus hijos a colegios con idearios específicos, acordes con lo que los padres piensan. Por lo tanto, es un bien que existan colegios concertados, sean del ideario que sean, ya que favorecen la libertad de elección de los padres. En cuanto a lo que cuesta cada colegio a los padres, son ellos quienes deben decidir si pueden y quieren pagarlo, no creo que nadie deba decidir sobre ello, y menos el alcalde o grupos políticos que NO representan a todos los ciudadanos

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    2. Tienes razón doctorando, pero no estamos en Noruega y también es cierto que este tipo de colegios ahorra el dinero que cuesta construir uno (dinero que la comunidad no tiene). Además, para poder "copiar" la metodología educativa de paises como Noruega, deberíamos cambiar a nivel social, exigir calidad en educación (en Noruega los profesores se seleccionan por entrevistas personales y cuánto más preparado se está, mayor facilidad para que te contraten) y no digo que no haya educadores válidos en la escuela pública que los hay, sino que, hay muchos que, una vez aprobada la oposición, se duermen en los laureles y olvidan que van a ser los responsables de lo que nuestros hijos aprendan. Que hay que pagar por ello, sí ¿y? ¿qué problema tiene? El colegio hay que construirlo y eso hay que sufragarlo, no encuentro problema al respecto. Escuela libre sí, incluso para aquellos que queremos una educación católica para nuestros hijos.

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  2. ¡¡¡¡¡¡¡Por fin!!!!, ya era hora de que los padres pudiesemos elegir el tipo de enseñanza que queremos para nuestros hijos sin necesidad de tenerles que esponer todos los dias a dos viajes en ruta .
    Con casi doscientos mil habitantes censados, hace falta mas diversidad de colegios para que los padres podamos ejercer nuestro derecho a decicir la educacion de nuestros hijos-.
    Para vivir en una demogracia "sana", lo primero que tenemos que aceptar los adultos es que vivimos,,por suerte , en una sociedad plural en todos los sentidos.Esto ,ademas, es lo que enriquece nuestra sociedad.
    Por todo esto, no entiendo la oposicion a este colegio,cuando es tan sencillo como respetar las creencias.....Tu no eres catolico, pues tan sencillo como que no matricules a Tu hijo en este centro, pero no impidas por ello que otros padres no puedan elegir esta opcion, sin necesidad de desplazar a sus hijos a otros pueblos todos los dias.
    Con respecto al ayuntamiento,Yo he vivido en la zona de copas de Parla, sufriendo el problema del ruido, por no estar la mayoria de los locales, en ese momento, suficientemente acondicionados..La principal defensa que en alcaldia se me hacia para tener" paciencia", era el derecho de los jovenes de Parla a no tenerse que desplazar los fines de semana en coche, para encontrar sitios donde reunirse y divertirse con el consiguiente riesgo que suponia el desplazamiento en coche.Pues este mismo argumento, se puede esgrimir en este caso ...no queremos seguir esponiendo a nuestro hijos a los desplazamientos en coche : no dos dias a la semana ,sino cinco.
    Espero que dentro de muy poco tengamos mas nuevas noticias de nuevos colegios concertados y privados , religiosos y laicos.....esto hara de Parla un pueblo mas rico.La riqueza de un pueblo se mide por su bagaje educacional, cultural

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  3. 3. ¿Queréis una formación cristiana? Perfecto, es sumamente respetable. Para eso están las parroquias y las iglesias, o bien, los centros privados. Los centros que se pagan (aunque sea en parte) con dinero de todos los ciudadanos (musulmanes, católicos, evangelistas, ateos o satánicos) deben garantizar el acceso libre de todos los ciudadanos que los pagan (aunque sea en parte). Y este centro, señores míos, es exclusivo. ¿Qué les parecería que en la parcela de al lado se construyera un centro concertado con una educación musulmana? Supongo que serían los mismos que pondrían el grito en el cielo, se echarían las manos a la cabeza y organizarían manifestaciones en la misma puerta.

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    1. Es exclusivo porque la educación que no procede del Estado sufre una discriminación. Si estuviese íntegramente sostenido con fondos públicos no lo sería. Todo el mundo podría pagarlo y el único criterio para elegirlo sería si ese es el tipo de educación que buscas.de hecho, muchos católicos no tendrán acceso a este centro porque no podrán pagarlo. Por otra parte, ya hemos dicho que el mismo espacio de libertad que defendemos para este colegio de Parla lo defendemos para todos, sea cual sea el ideario del centro.

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  4. El único problema es la libertad
    La concesión, por parte de la Comunidad de Madrid, del permiso para la apertura de un nuevo centro concertado en Parla, promovido por la Fundación Educatio Servanda, y las reacciones que este hecho han provocado, me obliga a tomar postura ante este hecho.
    Cuando decidí casarme, decidí empezar una aventura nueva con mi mujer, aventura que se va desarrollando, como todas, entre risas y llantos, agobios y descansos, alegrías y desgracias. Y en el camino de esta aventura aparecieron, como un gran regalo los hijos, nuestros hijos, para los que queremos, en lo más íntimo de nuestro ser, que sean felices, y de los que somos garantes hasta que tengan la autonomía suficiente como para tomar decisiones por ellos mismos.
    Al estar construyendo esta historia, no podemos, mi mujer y yo, apearnos de la responsabilidad que nos corresponde como padres, responsabilidad que no podemos, ni debemos, delegar en nadie, porque son nuestros hijos (un regalo, eso sí, pero nuestros).
    Sin embargo, al observar las reacciones que se están produciendo desde los estamentos políticos responsables del gobierno municipal, parece que el hecho de que pudiera abrirse, como así esperamos, el Colegio Juan Pablo II en Parla, sea un ataque contra la libertad que, según declaran, sólo garantiza la enseñanza de iniciativa estatal.
    Llegando hasta el fondo de este argumento nos encontramos con el verdadero problema, la clave de bóveda, que provoca la aparición de este nuevo actor educativo en la localidad, y no es otro que el miedo, el terror a la libertad.
    Porque educar no es llenar la cabeza de conocimientos técnicos (en lengua, matemáticas, ciencias sociales o naturales) sino sobre todo dar razones para todo, buscar la razón por la que la vida es maravillosa, incluso con sus días nublados y sus terribles granizadas. Para esto hay que proponer a los muchachos una hipótesis que explique la vida, que dé sentido a todo y les permita afrontarla, incluso ante los mayores problemas, de pie y en paz.
    Para que la educación, así entendida, tenga éxito, debemos conseguir que la hipótesis que explica la vida en nuestro hogar coincida, cuando menos en los aspectos fundamentales, con la hipótesis en la que se basa el colegio. Y esto puede ser posible si, entre la oferta de colegios posible, existe algún centro con una propuesta educativa acorde con la de los padres.
    Por eso el problema de fondo es la libertad, libertad que procede de la responsable y amorosa obligación de los padres de acompañar a sus hijos hacia la madurez, libertad de los promotores de proponer un proyecto educativo abierto a todos, sin esconderse, sin miedo, pero también sin cortapisas por parte de los responsables de las instituciones que deben ser receptivos ante las demandas sociales.
    Somos los responsables de nuestros hijos y, por ello, queremos ser libres para poder elegir el centro y el ideario en el que queremos que nuestros hijos aprendan a vivir, con nuestra compañía. Por eso apoyo el manifiesto Libres para vivir, libres para educar, para poder presentarme ante mis propios hijos diciéndoles:
    “¡Os quiero! ¡Quiero lo mejor para vosotros!”
    Porque me he encontrado con Alguien que me enseña, que me da razones, que me ayuda a vivir la vida, y es lo más importante que tengo que decirles, para ayudarles a conocerLe, para darles la posibilidad de exclamar, como una vez lo hizo Pedro, el pescador de Galilea, “¿A quién iremos? ¡Sólo Tú tienes palabras que dan la Vida!”.
    El único problema es la libertad, libertad que deseo también para este proyecto educativo, y para cualquier otro que pudiera proponerse.

    Eduardo Tolosa Ugarte

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  5. Maria Luisa Gómez26 de mayo de 2014, 5:19

    Mi necesidad de “el otro”
    Los últimos acontecimientos que los ciudadanos de Parla venimos viviendo en relación con la futura apertura del colegio Juan Pablo II han suscitado en mí una preocupación política de fondo. Utilizo el término “política” en su sentido más radical, esto es, como una característica propia y esencial al vivir humano.
    Mi preocupación es que aquello que hace posible la vida política de nuestra ciudad-de toda ciudad- sea arrancado de raíz. Me refiero, sencillamente, a que el primer garante de esa vida es la aceptación de “el otro” en tanto que “otro”, esto es, en tanto que se diferencia de mí y no en tanto que coincida conmigo en esto o en aquello. La garantía de una democracia no está solamente en que todos los habitantes de una ciudad o de un estado tengan el derecho a elegir a sus representantes, sino que también se hace necesaria la capacidad de los ciudadanos de considerar al otro como un bien. No porque encuentre similitudes con él, sino porque –sencillamente- es como es; y es esto lo que enriquece y amplia mi capacidad de ver, de juzgar, de crecer, de profundizar, de tomar partido y de dialogar.
    En España estamos demasiado acostumbrados a que la política quede encerrada en un mezquino juego de poderes: ahora gano yo…ahora ganas tú…Quien gana impone su visión de las cosas y se acabó la convivencia política. En este sentido, el hecho de que ganen las derechas o las izquierdas es casi irrelevante, porque la vida política ha sido ya herida de muerte. Y entonces solo nos queda el estado. Ante nuestra inmadurez, ante nuestra incapacidad para dialogar, llamamos a “papá estado”, para que nos supla, para que evite la ardua tarea del trabajo de razonar con (no “contra”) los otros.

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  6. Maria Luisa Gómez Bardón26 de mayo de 2014, 5:21

    (SIGUE mi necesidad del otro)
    Es curioso lo que dice Tocqueville en su gran obra La democracia en América:
    “Por encima de los ciudadanos se alza un poder inmenso y tutelar que se encarga, él solo, de asegurar su bienestar y de velar por su suerte. Es absoluto, detallista, regular, previsor y suave. Se parecería al poder paterno si, como éste, tuviera por objeto preparar a los hombres para la edad viril; pero, por el contrario, no intenta más que fijarlos irrevocablemente en la infancia; ama que los ciudadanos se alegren, con tal de que no piensen más que en gozar. Trabaja con gusto en su bienestar; pero quiere ser el único objeto y el único árbitro; provee su seguridad, prevé y asegura sus necesidades, facilita sus placeres, conduce sus principales asuntos, dirige su industria, regula sus sucesiones, divide sus herencias, ¿cómo no podrá quitarles por completo la molestia de pensar y la dificultad de vivir?“ (A. Tocqueville, La democracia en América, Aguilar, 1971, p. 249-250)
    Yo no quiero que me quiten la molestia de pensar ni la dificultad de vivir. Nadie puede sustituir el arduo trabajo reflexivo que han de llevar a cabo los padres para decidir qué tipo de educación es la adecuada para sus hijos. Y esta reflexión –dicho sea de paso- no debería verse truncada por la ausencia de propuestas distintas o por la imposibilidad económica (lo que llevaría –si vamos hasta el fondo- a plantearnos seriamente la necesaria existencia de un cheque escolar con el que los padres de familia puedan decidir sobre la escolaridad de sus hijos con independencia de sus ingresos) La vida política verdadera necesita que las personas se molesten en pensar y atraviesen las dificultades del vivir. Nadie debe ahorrarse este esfuerzo so pena de renunciar a ser persona.
    Hablemos, dialoguemos, propongamos, discutamos, acordemos, aprendamos. La circunstancia concreta que tenemos hoy no es sino un reto para nuestra ciudad, un reto para hacer verdadera política en las relaciones de “tú a tú” que establecemos cotidianamente los ciudadanos y en las relaciones de entre aquellos que ahora nos representan. Seamos todos leales. Que nadie intente vencer por la simple aniquilación, amordazamiento o instrumentalización de aquel que es distinto -eso resulta siempre demasiado fácil-, ni cedamos al estado lo que es una preciosa responsabilidad nuestra. Estaríamos más cerca de entregarnos a un totalitarismo de estado que de ayudar en la maduración de nuestra aún incipiente democracia.
    María Luisa Gómez Bardón.

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