domingo, 18 de mayo de 2014

ENTREVISTA DE NUESTROS PORTAVOCES CON EL ALCALDE DE PARLA


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El alcalde de Parla recibió a algunos de los promotores de la plataforma Libres para Educar. Tuvimos oportunidad de entregarle copia de nuestro manifiesto y de exponerle en persona las razones por las que nos hemos puesto en movimiento a favor de la apertura del nuevo centro. Fue una conversación cordial, de la que destacamos lo siguiente:

1. Hemos estudiado fuera de Parla, en colegios católicos de otros municipios. 40 años después la situación no ha cambiado y nuestros hijos siguen estudiando fuera de nuestra ciudad. Hemos sido y somos muchos. Eso es también una necesidad del pueblo de Parla a la que un gobierno local debe intentar responder o, al menos, facilitar la respuesta.

2. Somos padres y madres católicos, no ultra católicos, es decir, vivimos la fe desde nuestra pertenencia concreta y sencilla a la Iglesia, a nuestros movimientos, parroquias y asociaciones. No entendemos la necesidad de utilizar apelativos peyorativos para defender ideas. Pedimos al alcalde que rectificara y lo hizo en el último pleno municipal. Sin embargo, no ha modificado su blog.
3. Queremos un colegio católico para que la educación que reciban nuestros hijos en la escuela vaya en consonancia con lo más querido para nosotros.. Si no lo tenemos en nuestra ciudad lo buscamos fuera, pero si existe la posibilidad de tenerlo en Parla no vemos por qué se nos habría de negar. Si es el Ayuntamiento quien lo impide, debe saber que perjudica directamente los intereses de una parte de su ciudadanía.

4. Muchos de nosotros hemos estudiado en centros de educación diferenciada. Sinceramente, no nos parece algo para rasgarse las vestiduras. Ahora la moda mayoritaria es que niños y niñas estudien juntos. Pues muy bien. Nuestros hijos, en la mayor parte de los casos, están en centros mixtos. Pero si el nuevo centro que quiere abrir sus puertas piensa de otra manera, ni eso es discriminar ni el Estado es quién para negárselo. Es otra opción, que no hace ningún daño y que muchos en el mundo todavía utilizan y no sólo católicos. Para nosotros es una cuestión completamente secundaria.

Creemos que la oposición a la apertura de un centro educativo concertado católico es puramente ideológica, por lo tanto, alejada de la necesidades reales de todos los ciudadanos que el Ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, debería proteger.

PLATAFORMA LIBRES PARA EDUCAR

1 comentario:

  1. El único problema es la libertad
    La concesión, por parte de la Comunidad de Madrid, del permiso para la apertura de un nuevo centro concertado en Parla, promovido por la Fundación Educatio Servanda, y las reacciones que este hecho han provocado, me obliga a tomar postura ante este hecho.
    Cuando decidí casarme, decidí empezar una aventura nueva con mi mujer, aventura que se va desarrollando, como todas, entre risas y llantos, agobios y descansos, alegrías y desgracias. Y en el camino de esta aventura aparecieron, como un gran regalo los hijos, nuestros hijos, para los que queremos, en lo más íntimo de nuestro ser, que sean felices, y de los que somos garantes hasta que tengan la autonomía suficiente como para tomar decisiones por ellos mismos.
    Al estar construyendo esta historia, no podemos, mi mujer y yo, apearnos de la responsabilidad que nos corresponde como padres, responsabilidad que no podemos, ni debemos, delegar en nadie, porque son nuestros hijos (un regalo, eso sí, pero nuestros).
    Sin embargo, al observar las reacciones que se están produciendo desde los estamentos políticos responsables del gobierno municipal, parece que el hecho de que pudiera abrirse, como así esperamos, el Colegio Juan Pablo II en Parla, sea un ataque contra la libertad que, según declaran, sólo garantiza la enseñanza de iniciativa estatal.
    Llegando hasta el fondo de este argumento nos encontramos con el verdadero problema, la clave de bóveda, que provoca la aparición de este nuevo actor educativo en la localidad, y no es otro que el miedo, el terror a la libertad.
    Porque educar no es llenar la cabeza de conocimientos técnicos (en lengua, matemáticas, ciencias sociales o naturales) sino sobre todo dar razones para todo, buscar la razón por la que la vida es maravillosa, incluso con sus días nublados y sus terribles granizadas. Para esto hay que proponer a los muchachos una hipótesis que explique la vida, que dé sentido a todo y les permita afrontarla, incluso ante los mayores problemas, de pie y en paz.
    Para que la educación, así entendida, tenga éxito, debemos conseguir que la hipótesis que explica la vida en nuestro hogar coincida, cuando menos en los aspectos fundamentales, con la hipótesis en la que se basa el colegio. Y esto puede ser posible si, entre la oferta de colegios posible, existe algún centro con una propuesta educativa acorde con la de los padres.
    Por eso el problema de fondo es la libertad, libertad que procede de la responsable y amorosa obligación de los padres de acompañar a sus hijos hacia la madurez, libertad de los promotores de proponer un proyecto educativo abierto a todos, sin esconderse, sin miedo, pero también sin cortapisas por parte de los responsables de las instituciones que deben ser receptivos ante las demandas sociales.
    Somos los responsables de nuestros hijos y, por ello, queremos ser libres para poder elegir el centro y el ideario en el que queremos que nuestros hijos aprendan a vivir, con nuestra compañía. Por eso apoyo el manifiesto Libres para vivir, libres para educar, para poder presentarme ante mis propios hijos diciéndoles:
    “¡Os quiero! ¡Quiero lo mejor para vosotros!”
    Porque me he encontrado con Alguien que me enseña, que me da razones, que me ayuda a vivir la vida, y es lo más importante que tengo que decirles, para ayudarles a conocerLe, para darles la posibilidad de exclamar, como una vez lo hizo Pedro, el pescador de Galilea, “¿A quién iremos? ¡Sólo Tú tienes palabras que dan la Vida!”.
    El único problema es la libertad, libertad que deseo también para este proyecto educativo, y para cualquier otro que pudiera proponerse.

    Eduardo Tolosa Ugarte

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